Volcanes Marcianos.

Ángel Ferrer Rodríguez   palan@nexo.es

Coordinador sección planetaria.

Ya vimos en anteriores números de Huygens, las dificultades para observar el planeta Marte. Los observadores terrestres más osados se aventuraban a pronosticar como sería la superficie marciana. Apreciaban cambios estacionales que atribuían a  modificaciones de la vegetación, grandes tormentas y por similitud con nuestro planeta volcanes con grandes coladas de  lava. Llegaron a observar una montaña gigantesca con una aureola de nubes (Mons Olimpus). Desde la Tierra no podemos percibir los volcanes marcianos en todo su esplendor.

Casi todo lo que sabemos de la superficie marciana se lo debemos a las naves espaciales. La primera fue la Mariner 4 en la que se detectó únicamente una superficie totalmente craterizada.  (Para más información ver Cráteres en el Sistema Solar: Marte. Huygens nº 15).  La cartografía detallada llegó con la Nave Viking y posteriormente con la  Mars Global Surveyor. Esta última lleva una altímetro láser muy preciso que nos ha dado una visión del planeta muy diferente de lo conocido hasta entonces.

            En la Superficie de Marte se pueden distinguir dos hemisferios claramente diferenciados: El Sur, constituido por las llamadas Tierras altas, fuertemente craterizadas y el Norte, que en promedio está 2 Km más profundo que el Sur, formando una inmensa llanura, con escasos cráteres de impacto. No sabemos el motivo de esta dicotomía. Se postula en un inmenso mar que cubría las tierra bajas del hemisferio Norte o bien un inmenso cráter de impacto en épocas muy primitivas.

            Los volcanes juegan un papel muy importante en la vida de los planetas. Sirven para eliminar el calor de su interior. El calor de un planeta proviene de varias fuentes: energía de los impactos de los planetésimos cuando se formaron, caída gravitacional de los materiales pesados como el hierro hacia su centro, desintegración de los elementos radiactivos y efecto de las mareas. (ver Fenómenos Volcánicos en el sistema solar. Huygens nº 27 ). Si  los cuerpos planetarios son pequeños ya han eliminado todo su calor. No tienen actividad, son cuerpos muertos como la Luna o Mercurio. Si son grandes conservan mucho calor en su interior que necesita escaparse por algún sitio: por difusión o bien por zonas calientes como son las dorsales y los volcanes.

            Las superficies de gran parte de los cuerpos planetarios del sistema solar tienen un origen volcánico. Se denomina vulcanismo fisural o plano pues provienen de fisuras en su corteza con salida de inmensas coladas de lava muy fluida. En Marte forman casi todas las Tierras altas. Son muy antiguas y posteriormente ha sufrido numerosos cráteres de impacto.

            A parte del vulcanismo fisural están los volcanes propiamente dichos. En la Tierra distinguimos varios tipos de volcanes de los cuales destacan los volcanes en escudo y los estratovolcanes. (Fig 1)  Estos últimos están constituidos por un cono de laderas con bastante pendiente formadas por estratos de capas alternantes de lava y ceniza. Ejemplos muy fotogénicos son el Fujiyama, el Teide, Etna, etc.  En Marte no se han identificado claramente este tipo de volcán, pero si volcanes en escudo y dos tipos desconocidos en nuestro planeta: las patheras, y los tholi.

 

Volcanes en escudo  (Fig 2): se caracterizan por tener una forma parecida a los escudos de los antiguos guerreros. Tienen una base muy amplia en relación con la altura, con una pendiente de unos 5º. La lava se caracteriza por ser muy fluida, alcanzando grandes extensiones. No suelen tener explosiones ni estratificación. Los representantes típicos en la Tierra son los volcanes de las Islas Hawai y de las Galápagos.  Forman una sucesión de volcanes que nacen de la profundidad del océano y con sucesivas coladas de lava van elevándose hasta alcanzar varios kilómetros sobre el nivel del mar. En la Tierra  miden hasta 8-9 km de altura sobre el suelo del oceánico, elevándose 3-5 Km. sobre el nivel del mar. Tienen una base de hasta120 km. de diámetro. La cima suele tener una depresión denominada caldera (como un cráter pero mayor) Como en la Tierra existe la tectónica de placas, su superficie se va moviendo lentamente, al cabo de unos cuantos millones de años, la corteza se ha desplazado y un nuevo volcán va emergiendo de las profundidades. El viejo volcán, ya sin actividad se va erosionando poco a poco y en unas decenas de millones de años desaparecerá de la superficie. Un ejemplo típico es la cadena de islas que forman el archipiélago de las islas Hawai.

Patheras: (Fig 3).  No tiene paralelismo en la Tierra. Tienen la forma de un platillo, con pendientes muy débiles, unas laderas plagadas de fracturas dispuestas radialmente en relación a la caldera circular central y largas coladas de lava. En general se trata de volcanes viejos. Algunos casi no se perciben por la erosión y los cráteres de impacto.La lava es rica en sílice y enriquecida con gas, por lo que son volcanes de tipo explosivo, con formación de conos volcánicos, y lanzamiento de cenizas, polvo, lapilli, etc. Los conos volcánicos están formados, por tanto, por un material poroso que no resistirá la erosión por mucho tiempo. Hay teorías que postulan que este material se comportaría como una esponja, absorbiendo agua. En la siguiente erupción el agua helada se licuaría originando una riada de lodo y consiguiente erosión del volcán.

 

Tholi: (Fig 4) Son edificios volcánicos pequeños. Tienen mayor pendiente que los volcanes en escudo y son los más parecidos a los estratovolcanes terrestres. La lava debió ser viscosa. En los flancos de algunos de ellos se aprecian como canales y arrugas.

            Marte ha tenido una intensa actividad volcánica. Se concentra en dos grandes regiones denominadas Domo de Tharsis y Elysium Planitia. Existen otros pequeños volcanes en las regiones altas pero no se pueden comparar con estas dos formaciones. Ambas están en el hemisferio Norte: Son de dimensiones colosales, sobre todo si tenemos en cuenta que Marte tiene solo la mitad del tamaño de la Tierra y su superfice es de una sexta parte de nuestro planeta

                        Domo de Tharsis.

Constituye una región sobreelevada en relación con la superficie marciana. Mide 5.500 Km. de diámetro con una altura promedio de 6 a 10 Km. Sobre esta inmensa región asientan volcanes de los tres tipos: en escudo, patheras y tholis. (Fig 5)

El Domo de Tharsis alberga tres volcanes auténticamente gigantescos. El Monte Ascraeus de 18.200 m de altura, el Monte Pavonis de 14.120 m y el Monte Arsia de 17.400 m. Están alineados a lo largo de una fractura en dirección nordeste-sudoeste y separados aproximadamente por 700 Km.  Si la altura es impresionante no menos lo son sus medidas de la base: unos 400 Km. de diámetro cada uno.

 

La caldera de su cima no se queda atrás. El Monte Ascraeus  (Fig 6) tiene una caldera compleja, con varios centros de colapso individuales que se superponen de los más antiguos a los más recientes. La pared de la caldera mide unos 3 Km. de altura con una pendiente superior a los 26 º. Tiene varios ríos de lava destruidos por calderas más  recientes.

La caldera de Monte Arsia es la mayor de las tres. Tiene un diámetro de 110 km con una profundidad de 3 a 4 km. Si la comparamos con la mayor de las Islas Hawai, Mauna Loa, queda ridícula, su caldera solo mide 2.7 km. El borde de la caldera se ha abierto en lado suroeste mientras que los ríos de lava han cubierto varias partes del borde nordeste. En el suelo de la caldera hay alineados una serie de domos suaves que quizas son debidos a fuentes puntuales de lava que llenaron la caldera. Los flancos del escudo ha sido erosionados en profundidad cerca de la aberturas del borde de la cadera.

En el extremo noroeste del domo, a 1.600 km. del trío de volcanes previo se encuentra el Monte Olimpus (Fig 7)
Su nombre no deja lugar a dudas. Giovanni Schiaparelli observó una formación que aparentemente estaba rodeada de nubes y la denominó como Nix Olímpica, en alusión al Monte Olimpio de los dioses griegos.  Es el mayor volcán, no solo de Marte sino de todo el sistema solar. Mide 26 km de altura. Tiene una base de 550 km de diámetro, lo que supone una superficie de 500.000 km2. Casi la superficie de la península ibérica. Esta rodeado por un farallón de 6 km de alto. Si lo comparamos con el mayor volcán terrestre, el Mauna Loa, tiene una superficie 30 veces mayor y un volumen 50 veces más grande. Estos volcanes en escudo van acumulando masa colada volcánica tras colada volcánica hasta alcanzar las enormes dimensiones que tiene.(Fig 8)
La pendiente por el contrario es muy suave, escasamente alcanza los 5-10 grados. Cuando aumenta la masa puede suceder como una montaña de arena, en la que se produce un derrumbe de la estructura y un corrimiento de las laderas produciendo como escalones.

El Monte Olympus también tiene su caldera. Mide 65 X 80 km. de diámetro y una profundidad de 2 a 3 km. Es mucho mayor que la de Manua Loa pero pequeña en comparación con la del Monte Arsia. En las fotografías se aprecia claramente que es una caldera compleja. Ha tenido como mínimo  4 o 5 episodios de actividad. Después de una fase de actividad queda en la caldera un lago de lava fundida que poco a poco se enfría y solidifica, quedando una superficie plana. En otra fase de actividad el proceso se repite.

Su base tiene un escarpe de varios kilómetros de altura: 6 km en la cara norte y unos 3 en la cara sureste. Rodeándolo tiene una aureola de varios cientos kilómetros formado por un terreno estriado. No sabemos muy bien el origen de estas estructuras. Se podría tratar de un corrimiento de la ladera o bien una contracción por enfriamiento de toda la masa del volcán.

La cámara magmática se le supone situada  a 10-15 km por debajo de la cima y tendría un diámetro superior al de la caldera, o sea unos 80 km. Un volcán cuando va cargando la cámara magmática presenta una distensión de sus paredes y por tanto fallas en sus laderas que son de sentido inverso cuando la cámara se vacía. Hoy se supone que está enfriada y por tanto solidificada.

En el domo de Tharsis encontramos también varios volcanes del tipo pateras:

Alba Patera: Es un volcán muy grande, tiene 1.500 km de diámetro en la base pero solamente 3 km de altura. ¡Su base es mayor que la del Monte Olympus! Tiene una caldera doble, formando una imagen como de un ojo. Como todos los volcanes de tipo patera tiene una pendiente muy suave con largas coladas.

Ulyses Patera: Es un volcán mucho más pequeño que los volcanes en escudo. La cumbre es muy peculiar, tiene una caldera de forma sensiblemente circular en la que se aprecia claramente la presencia de dos cráteres de impacto. Por el material eyectado se deduce que son posteriores al volcán o sea que son más jóvenes. Las paredes laterales están enterradas por el material que forman las llanuras que lo rodean. Por las superposiciones se deduce que es un volcán muy antiguo.

            El domo de Tharsis también cuenta con los más bellos ejemplos de volcanes de tipo tholi:

            Ceraunius Tholus y Uranius Tholus: (Fig 3 y 9)
Son dos volcanes con flancos fácilmente erosionables, por lo que se supone que tienen un componente de cenizas. Su base esta enterrada en los terrenos de las llanuras. Es de destacar en esta imagen la presencia de un crater de impacto que por afectar a las ladera y cubrir con sus eyecciones los terrenos de la base debe ser reciente.

            Tharsis Tholus: tiene una extraña forma atribuida al colapso de la caldera o a un corrimiento de tierras. Mide 150 km en la base y 8 km de altura.

            El gigantesco domo de Tharsis ha tenido probablemente un efecto paralelo: la formación del Valle Marinieris, una inmensa cicatriz de 5.000 km que veremos detenidamente en otros números de esta revista.

Elysium Planitia. (Fig 10)
            Es la segunda región volcánica de Marte, tiene 1.700 por 2.400 km. con una altura media de 4-5 km. Es de dimensiones inferiores a las del domo de Tharsis. Tiene varios volcanes, entre los que destacan:  Hecates Tholus, Monte Elysium y Albor Tholus, descritos de norte a sur. No están alineados como sucede en el domo de Tharsis. El mayor de todos ellos es el Monte Elysium. Tiene una base de 500 por 700 km. elevándose a 13 km de altura. La caldera tiene 14 km de diámetro. Es de tipo escudo.

Al norte está situado el Hecates Tholus: tiene 160 por 175 km en la base con una caldera de 11 por 9 km. El tercer volcán de esta región es el llamado Albor Tholus con unas medida en la base de 150 km de diámetro, una caldera de 30 km. Su flanco nordeste ha sido enterrado parcialmente por el vecino Monte Elysium.

            En el domo de Elysum también encontramos volcanes de tipo patera como el llamado Apollinaris Patera.( Fig 2) Por la imagen se deduce que tiene regiones con un origen explosivo y otras que parecen más de tipo efusivo. Hay zonas que parecen tener depósitos de cenizas. En el flanco sur existe una gran colada volcánica.

            Existen otras zonas volcánicas mucho más pequeñas o volcanes aislados.

En el Mar d’Hellas encontramos Hadriaca Patera, Amphitrites Patera y Tyrrene Patera.

Tyrrhene Patera: (fig 11)
Mide escasamente 2 km de altura con pendientes muy suaves en sus laderas.  Están profundamente craterizados y erosionados por canales de gran tamaño que surgen radialmente desde el centro. A penas tiene cráter central.

Hadriaca Patera: está muy erosionado, apenas tiene altura y con numerosos cráteres de impacto. Estos dos últimos volcanes están situados en las tierras altas. Son muy diferentes a los grandes volcanes en escudo. Son mucho más viejos como lo demuestran los numerosos cráteres de impacto que presentan sus flancos

Una vez conocidos los principales volcanes marcianos, surgen varias preguntas ¿por qué son tan grandes algunos de ellos?, o ¿Hay volcanes activos?, ....

Hemos visto que los volcanes en escudo marcianos son inmensos en comparación con los terrestres. Se atribuye a varios factores. La superficie terrestre está dividida en placas más o menos grandes que no están fijas. Presentan movimientos relativos entres ellas, bien una cabalga sobre otra, o se hunde o se desplazan lateralmente. Si existe un punto caliente en el manto, este se desplaza en la superficie, dando lugar a una cadena de volcanes como sucede en las islas Hawai. En Marte no se ha detectado placas ni tectónica de placas. El punto caliente del manto está en el mismo punto de la superficie durante muchos cientos o miles de millones de años. Esto origina gigantescos volcanes en escudo impensables en la Tierra. Pero hay otro factor. La gravedad en Marte es menor que en la Tierra y permiten que esta inmensa masa no se hunda sobre su propio peso como si fuera un castillo de arena.

Desconocemos si existen volcanes activos en Marte. Sabemos que los volcanes terrestres tienen periodos más o menos largos de inactividad sin que signifique que estén extintos. En Marte puede que tengan unos periodos de inactividad muy prolongado y no hemos detectado ninguno activo. Solamente hemos observado muy pocos años de su historia. Pero hay signos indirectos. El más importante es la presencia de cráteres de impacto en sus laderas. El sistema solar presentó una fase de gran craterización durante los primeros mil millones de años. Posteriormente fue mucho menor y más o menos constante. Si observamos una región con muchísimos cráteres de impacto y otra con muy pocos podemos deducir que esta última es mucho más reciente. Lo que es muy difícil, es precisar la edad de estas superficies. Nos faltarían muestras y analizarlas. Nos tenemos que conformar con extrapolar lo sucedido en la Luna. Según estas premisas observamos que los volcanes pathera de las tierras altas tienen muchos cráteres,  están muy erosionados, y por tanto son muy viejos. Las laderas de los grandes volcanes en escudo tienen zonas con muy pocos o ningún cráter. Hay autores que le dan una antigüedad de 1000 millones de años hasta los que piensan que todavía puede existir actividad. La idea más frecuente es que la actividad en Marte ha cesado desde hace unos pocos cientos de millones de años. El planeta se ha enfriado lo suficiente como para cesar la actividad volcánica y lo que conlleva. Los volcanes aportan a la atmósfera ingentes cantidades de gases, CO2 y de vapor de agua, lo que se traduce en una cambio de las condiciones atmosféricas, un posible efecto invernadero, cambio climático e incluso la aparición de copiosas lluvias. Al activarse el volcán y su caldera puede haber calentado el terreno próximo. Si ese subsuelo está cargado de hielo de agua y esta se funde puede haber dado origen a ríos tremendamente caudalosos aunque fuera por poco tiempo. El origen del Valle Marinieris, los canales y las imágenes semejantes a ríos con erosión fluvial  puede tener ese origen.

Bibliografía:

- Francisco Anguita. Historia de Marte. Mito, exploración, futuro. Editorial Planeta 1998. Libro imprescindible en la biblioteca de un buen aficionado. En Castellano. Muy didáctico.

- http://www.nirgal.net En Francés Excelente sitio web.

- Calvin Hamilton.  Views of the Solar System. 1996. (En CD-Rom)

- Ángel Ferrer. Fenómenos volcánicos en el sistema solar. Huygens nº 27 año 2000.

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