METEOROS

La última gran tormenta de las Leónidas

    por José LULL jlullg@wanadoo.es

Esta será nuestra última oportunidad. Una vez pasado el día 19 de noviembre ya no tendremos ocasión de observar una nueva tormenta de Leónidas. En este artículo, explicaremos en que condiciones se presenta la famosa lluvia de estrellas fugaces y daremos los últimos consejos con los que prepararnos antes del gran día.

Una de las más grandes tormentas que se recuerdan es la que aconteció en la mañana del 13 de Noviembre de 1833 (figura 1).

Los observadores calcularon unos 1000 meteoros por minuto, aunque tal avalancha de fugaces les impedía poder hacer un registro concreto. Se cree que, en realidad, durante el máximo pudieron caer unas 100.000 estrellas fugaces por hora, es decir, casi 28 Leónidas por segundo. La siguiente gran tormenta de Leónidas que se recuerda fue la de 1966. Desde el oscuro cielo de Arizona, a las 5:10 T.L. caían 30 meteoros por minuto y a las 5:54 TL se calcularon unos 40 por segundo, es decir, 144.000 meteoros por hora !!!. Desde el observatorio de Table Mountain llegaron a contarse 50 estrellas fugaces por segunndo a las 4:45 TL, lo cual indica una tasa de 180.000 meteoros por hora !!!, tasa que se mantuvo durante los siguientes diez minutos. Esa gran tormenta debió ser increiblemente vistosa.

En los últimos diez años, la actividad de las Leónidas fue muy diversa. Sólo a principios de la década de los noventa las Leónidas volvieron a despertar la atención de los observadores, pues en 1994 la tasa ya se había incrementado hasta los 80 meteoros por hora, aunque en 1995 ésta bajó a los 50 por hora. En 1996 volvió a aumentar un poco, llegando a los 60 meteroros por hora, detectándose un gran número de bólidos. Un año después, en 1997, a pesar de la molesta luz de la Luna llegaron a contabilizarse hasta 150 meteoros por hora, llegando a verse algunos bólidos de hasta magnitud –12, cuya estela permaneció en el cielo durnante cerca de cuatro minutos.

Muchos astrónomos creyeron que en 1998 se produciría una nueva tormenta, principalmente porque la Tierra iba a cruzar el plano orbital del cometa Tempel-Tuttle 257 días después de que el propio cometa pasara por este punto de intersección interorbital (el llamado nodo descendente).  Finalmente la tasa máxima de 1998 fue de unos 300 meteoros por hora, la tormenta esperada debía aguardar un poco más. En 1998 el máximo se había predicho a las 19:43 TU del 17 de Noviembre pero éste se adelantó a la cita prevista entre 14 y 19 horas y permaneció activo unas cinco horas. Aunque no hubo ninguna tormenta, en 1998 se pudieron ver muchos bólidos. M.E. Bailey, David J. Asher y V. Emelyanenko demostraron que dichos bólidos se produjeron debido a que la Tierra había cruzado una densa nube de partículas del tamaño de un guisante y más grandes, que habían sido dejadas por el Tempel-Tuttle durante su paso de 1333, es decir, 20 revoluciones antes. Dichas partículas se vieron atrapadas en una resonancia 5:14 con Júpiter con lo que en vez de esparcirse a lo largo de los siglos quedaron juntas en una nube.

En 1999 la Agrupación Astronómica de la Safor realizó su primer seguimiento de las Leónidas (figura 2).

Después de que numerosas personas abandonasen al no observar la menor actividad, finalmente, los pocos que quedaron se llevaron su justo premio, pues pudieron calcular entre la histeria, gritos y alboroto general unos 2500 meteoros por hora en el máximo. El modelo propuesto por D. Asher (Armagh Observatory) y R. McNaught (Australian National University) había acertado en su predicción. Aunque la THZ de 1000 meteoros por hora se vió superado, su cálculo del máximo a las 2:08 TU fue prácticamente exacto. La International Meteor Organization (IMO) informó que el máximo se había producido a las 2:02 TU con un pico de 3700 meteoros por hora, dándose la característica de una notable abundancia de meteoros débiles y una ausencia relativa de bólidos.

En 2000 no hubo ninguna tormenta de Leónidas, si bien la actividad de la lluvia fue alta. Iban a verse tres máximos, pues la Tierra debería pasar por los restos dejados por el cometa Tempel-Tuttle en sus pasos de 1932, 1733 y 1866. El primer máximo fue a las 6:00 TU con 100 meteoros por hora. La madrugada del 18 de Noviembre, a las 7:50 TU, el tercer máximo alcanzó un pico de 450 meteoros por hora. Así mismo, de 2000 cabe destacar los bólidos rasantes que pudieron observarse desde América, tal y como había sucedido en Europa en 1998.

En 2001, la gráfica del IMO señala que el máximo se dio hacia las 18:20 TU del 18 de Noviembre con una THZ de 2850 meteoros por hora, o 3430 a las 18:16 T.U. para el continente asiático (figura 3).

 

Asher y McNaught habían previsto este máximo, debido a la nube meteórica de 1899, a las 18:19 TU, por lo que, volvieron a acertar por tercer año consecutivo en el mayor de los máximos. Lo cierto es que, dependiendo del lugar de observación, se han ofrecido una gran diversidad de datos. Según las primeras estimaciones de los astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias enviados a Australia, la lluvia de estrellas llegó a tener un máximo de intensidad de 4.000 meteoros a la hora. Los miembros de la expedición española Shelios leónidas 2001 viajaron a Australia con la esperanza de que las predicciones fueran correctas, y según indican en su diario de viaje publicado en internet, la tormenta que observaron tuvo una actividad muy alta, superior a cualquiera de los otros informes que hemos tenido ocasión de consultar. Señalan que entre las 3 y las 4 TL (17 –18 TU) vieron una gran cantidad de estrellas fugaces muy rápidas y brillantes que podrían responder a una THZ de entre 10.000 y 20.000 meteoros por hora, pues en ocasiones vieron hasta 4-5 fugaces por segundo. Sin embargo, estas cifras obedecen a rachas muy intensas y puntuales de meteoros. Sin embargo, también en China llegó a observarse una gran tormenta de estrellas fugaces. Allí se alcanzó un pico de 10.000 meteoros por hora a las 01:30 TL (figura 4, meteoro fotografíado desde China).

Las Leónidas se muestran activas desde el 14 al 21 de Noviembre, pero sólo el día del máximo, y durante un espacio relativamente corto de tiempo, es cuando esta actividad se muestra realmente tangible a ojos del observador, por lo que usualmente, los trabajos observacionales se centran siempre en una pequeña franja de varias horas.

Llegado 2002, estamos en disposición de no perder la última opción de ver la gran fiesta meteórica de las Leónidas. Ya lo indicamos el año pasado, el año 2002 representa la última ocasión en la que podremos ver una tormenta de Leónidas por lo que, aunque sea entre semana y a una hora muy poco agradable, deberemos animarnos y animar a todos aquellos que puedan tener cierto interés en observa este evento tan espectacular que se acerquen a Marxuquera o que, al menos, se asomen por la ventana.

Lo que está claro es que el grado de fiabilidad de la hipótesis desarrollada años atrás por McNaught y Asher, en la que se describía la posición de las nubes meteóricas creadas en los últimos perihelios por el cometa 55P/ Tempel-Tuttle, es muy grande. Sin ir más lejos, en 1999 llegaron a predecir el máximo de las Leónidas con un error de sólo 6 minutos, mientras que en 2001 Esko Lyytinen, de la sociedad astronómica URSA de Finlandia,  erró en 1 minuto en la predicción del máximo de la nube de 1699 (nueve revoluciones atrás), 4 minutos en el máximo provocado por la nube de 1866 (cuatro revoluciones) y 11 minutos en el máximo de la nube de 1766 (siete revoluciones atrás). Parece, pues, que podemos tener buenas garantías en el cálculo que los principales expertos del tema hacen para el máximo de las Leónidas.

El modelo de aproximación a las nubes meteóricas (figura 5) propuesto por Asher y McNaught indican que al acabar el día 17 de Noviembre la Tierra pasará cerca de la nube de 1965, si bien esta no provocará ningún incremento sensible de la actividad meteórica. Según Asher el máximo acercamiento se producirá a las 20:10 T.U., mientras que Jenniskens estima que el encuentro tendrá lugar a las 19:30 T.U. En todo caso, las predicciones señalan una THZ inferior a 1, o lo que es lo mismo, no será percibida. De todos modos, se ha advertido a los observadores asiáticos, mejor posicionados en ese momento, por si hubiese un incremento inesperado de la actividad.

A lo largo del día 18, la única nube que dejará la Tierra atrás será la de 1899, a mucha distancia y sin que tampoco provoque actividad alguna. Será en las primeras horas del día 19 de Noviembre cuando nuestra órbita se acerque a las de otras nubes del cometa 55/P. La primera de ellas será la resultante del paso del cometa en 1767, que es la que provocará el primer máximo. Posteriormente, la Tierra pasará junto a las nubes de 1800 y 1833, aunque éstas no motivarán ningún incremento de la actividad. Finalmente, nuestra órbita interseccionará la de la nube de 1866, provocando el segundo máximo de actividad de las Leónidas.

Antes de que tuviera lugar la tormenta de leónidas de 2001, las previsiones para 2002, establecían que el máximo más fuerte sería el segundo, visible desde norteamérica, y no el primero, que es el que podremos ver desde Europa. Sin embargo, las nuevas valoraciones y cálculos efectuados desde entonces y con posterioridad a los hechos que acontecieron en 2001, han podido dar la vuelta a las efemérides previstas inicialmente. Ahora, la postura sustentada por parte de los máximos especialistas en la materia es que el primer máximo, el nuestro, será más intenso que el segundo. No obstante, investigadores como Jenniskens opinan lo contrario y ofrecen niveles de actividad muy superiores para el segundo máximo (figura 6).

 Según Asher el primer máximo ocurrirá a las 4:00 T.U. (5:00 tiempo local), mientras que Lyytinen lo espera a las 4:03 T.U. Este máximo será debido al acercamiento de la Tierra a la órbita de la nube meteórica dejada por el cometa Tempel-Tuttle en su paso de 1767. Estos restos fueron los que en 2001 provocaron el primer máximo, con una THZ de 2500 Leónidas por hora, según se pudo observar desde el observatorio de Mont Lemmon en Arizona. Para 2002, también se espera que los restos de 1767 favorezcan la visión de un bonito espectáculo.

Según Lyytinen, la THZ será en 2002 de 3500 Leónidas por hora, una cifra muy respetable similar al máximo principal de la tormenta de 1999. La duración de la actividad será, según dicho autor, de 1.76 horas. Sin embargo, hemos de entender que significa realmente este cifra. 3500 meteoros por hora, de ser correcta la predicción, serían vistos por un único observador si el radiante de las Leónidas (el lugar de Leo desde donde parece que parten) estuviese situado en el cénit y las condiciones de observación fueran tan óptimas que permitiesen la detección de estrellas de magnitud 6.5. Obviamente, el valor queda reducido siempre, pues las condiciones anteriores son las ideales (figura 7).

Supongamos que Lyytinen tiene razón. ¿Qué es lo que los miembros de la AAS podemos esperar ver desde Marxuquera?. La contestación deberá tener en cuenta varios factores: la altura de la radiante, la magnitud límite en el cénit y la presencia de la Luna. Considerando que el día 19 de noviembre (martes de madrugada) salga despejado, premisa indispensable para disfrutar de las Leónidas, estas son las posibilidades que tendremos:

1)Si la magnitud límite en el cénit fuese de 6.3, dado que la radiante estará a más de 55º, valor ciertamente optimista, veríamos el 75% de las Leónidas previstas. Es decir, 2625 por hora,  44 por minuto, o 0.73 por segundo.

1)Si magnitud límite fuese de 6.0 en el cénit, el número de Leónidas por hora se situará casi el 50% de la THZ prevista. Eso quiere decir que observaríamos unas 1750 por hora, o sea, 29 por minuto o casi una cada dos segundos.

2)Si la magnitud límite fuese de 5.5 en el cénit, el número de meteoros por hora será aproximádamente de un 35% del THZ, es decir, 1225 Leónidas por hora, es decir, 20.4 Leónidas por minuto, prácticamente una Leónida cada 3 segundos.

3)Si las condiciones son menos óptimas, pongamos por ejemplo una magnitud límite en el cénit de 4.5, sólo podríamos detectar el 15% de la THZ, con lo cual nuestro máximo quedaría reducido a 525 meteoros por hora, es decir, 8.75 meteoros por minuto. Esa cifra, aunque pudiera parecer decepcionante, sigue siendo realmente alta.

Sin embargo, no todos los expertos son tan optimistas como Lyytinen en relación al primer máximo. Asher señala una THZ que puede variar entre las 1000 y las 3000 Leónidas por hora, con una duración aproximada de 1.5 horas. Esta variabilidad quedaría condicionada por la disrupción de la nube meteórica de 1767. En 2001 la Tierra la cruzó y pudo haber quedado afectada. En razón a este problema dependerá la actividad del máximo. De todos modos, los valores de Asher siguen siendo altos.

En todo caso, tanto el modelo de Asher como el de Lyytinen preveen que serán observados un alto número de meteoros de brillo especialmente alto. Para hacernos una idea, una partícula de Leónida de 1 gramo es capaz de crear un bólido de magnitud –5, mientras que una de 0.01 gramos lo hace de magnitud 0 y otra de 0.001 gramos de magnitud 5.

Por su parte, Jenniskens sitúa el primer máximo a las 03:48 T.U, con una duración de 0.64 horas y una THZ de 5900 Leónidas por hora. De ser así, la actividad observada sería un 68% más elevada que la estimada por Lyytinen, con lo que las previsiones que hemos realizado, en diferentes condiciones de observación, para nuestra observación desde Marxuquera, habría que incrementarlas sobremanera.

El primero de los dos máximos que tendrán lugar en 2002 es el nuestro, los siguientes picos de actividad no los podremos observar. Como se puede ver en la figura 8, España disfrutará de una buena posición para disfrutar de la observación del primer máximo.

 

Según Jenniskens, el segundo pico de actividad tendrá lugar a las 04:50 T.U, cuando nos acerquemos a la nube de 1799. La THZ que prevé es de 51 meteoros por hora. De ser cierta la previsión, este pico se observaría en el crepúsculo matutino en la Europa occidental. Un posible tercer pico de actividad podrá tener, según Lyytinen, una THZ de 160 Leónidas por hora. Este pequeño pico, muy alejado en intensidad del primer y segundo máximo, será debido al paso por las estribaciones de la nube de 1833 a las 06:36 T.U., según Lyytinen. Sin embargo, ya será muy tarde para que desde nuestra longitud podamos tener opción a comprobarlo. No obstante, Jenniskens cree que tendrá lugar a las 05:59 T.U, si bien estima una actividad notablemente inferior, de sólo 28 Leónidas por hora.

Finalmente, el segundo máximo, originado a partir de la nube meteórica de 1866, ocurrirá a las 10:40 T.U con una THZ de 2600 (según Lyytinen) (figura 9), a las 10:29 T.U con una actividad THZ de 10000 (según Asher, o 3500 en la nueva revisión de Asher y McNaught) o a las 10:23 T.U con una THZ de 5400 (según Jenniskens).

Después de 2002, la fiesta de las tormentas de Leónidas habrán llegado a su fín. En los siguientes años se prevee una THZ habitual de 15 meteoros por hora. En 2006, en cambio, la actividad se incrementará de manera inusual a 100 Leónidas por hora y, posiblemente, en 2007 vuelva a ocurrir algo similar. Después de esto, parece ser que el ciclo de 33 años con que se venían dando las tormentas de Leónidas llegará a su fín, al menos por lo que a 2033 y 2066 se refiere. D.K. Yeomans calcula que en Agosto de 2029 el cometa Tempel-Tuttle sufrirá una perturbación gravitatoria al pasar a 1.5 millones de kilómetros de Júpiter, de modo que la distancia orbital del cometa se incrementará 2.5 millones de kilómetros. Por esto, no será hasta 2098 cuando se vuelva a tener la oportunidad de observar una tormenta y, al menos en los siguientes 400 años (excepto en 2131), las distancias interorbitales serán suficientemente altas como para imperdir la producción de tormentas. Así las cosas, 2002 supone nuestra oportunidad final para observar y disfrutar de la última gran tormenta.

Bibliografía y enlaces de interés:

J. Lull “La tormenta perfecta”, Huygens  33 (2001).

J. Lull “La tormenta de las Leónidas de 2001: resultados preliminares”, Huygens 34 (2002)

J. Rao “Leonids 2002: The Grand Finale”, Sky and Telescope vol. 104: 5 (2002), 95-100.

http://www.arm.ac.uk/leonid/dustexpl.html

http://www.ursa.fi/ursa/jaostot/meteorit/indexeng.html

http://www.arm.ac.uk/home.html

http://leonid.arc.nasa.gov/index.html

http://www.imo.net/index.html

http://comets.amsmeteors.org/meteors/metmis.html

Inicio
Boletín Huygens
Nº 39
Artículo anterior
Artículo siguiente