TELEDETECCIÓN: EL ESPEJO DONDE MIRARNOS

Por Angel Requena


Desde principios de la humanidad, el hombre ha necesitado conocer de una forma detallada el marco en el cual se realizaban sus actividades; cambiar de zona de caza o trasladar su campamento de verano al de invierno obligaba a estos primeros homínidos conocer dónde estaban y hacia dónde se deberían desplazar y cuánto tiempo les iba a costar. Desconocemos cuáles eran sus métodos para guiarse entre montañas, ríos, mesetas o llanuras, pero me atrevería a afirmar que nuestros primeros antecesores establecieron los primeros mapas no escritos del entorno donde vivían.

Hay que remontarse al año 2500 a. C. para encontrar la primera carta escrita. Sobre ella ya aparecen accidentes del relieve que obstaculizaban sus desplazamientos (se trata de una tableta de arcilla procedente de GA-SUR en Babilonia). Dando un salto en el tiempo el hombre continúa explorando el entorno en el que habita, pero con la diferencia con sus antecesores en que la superficie que abarca no es de unos sólo unos km2 sino alcanza a la totalidad de la superficie e incluso desde que el hombre conquistó el espacio seguimos con el mismo entusiasmo y curiosidad por conocer la superficie de otros planetas.

La técnica utilizada actualmente en referenciar de una manera fiable la superficie de la tierra o de cualquier otro planeta es la teledetección. Sin embargo hasta llegar ahí el hombre ha utilizado toda clase de artilugios técnicos para de esta forma observar la totalidad de un área sin el impedimento de obstáculos, es decir, evitar que los árboles dejen ver el bosque. Esta técnica, remote sensing en inglés, comienza a tomar forma con el desarrollo de otras disciplinas complementarias; la fotografía y la observación astronómica. Desde mediados del siglo XIX, fotógrafos pioneros se aventuran a volar e impresionar en sus carretes visiones hasta ese momento inéditas. Con la ayuda de los globos aerostáticos, la técnica se perfecciona y da como resultado una gran cantidad de fotografías aéreas. Años más tarde y con la intención de economizar y reducir gastos se instalan sobre el pecho de palomas cámaras fotográficas de un peso de apenas 70 grs. y dotadas de temporizador automático. Posteriormente y ya en los albores del siglo XX, el desarrollo del aeroplano suplanta lo conocido por tratarse de un aparato cuya plataforma de visión resulta ideal.

No hace decir que como todos los grandes descubrimientos técnico-científicos concebidos para el bien común, se torna contra nosotros mismos cual efecto boomerang. Así lo que parecían simples fotos aéreas de ciudades y sus entornos se convirtieron en fotografías para uso militar. Durante la 1ª Guerra Mundial el biplano HAVILLAND DH-4 fue el primero en utilizarse en misiones de reconocimiento. Posteriormente a la guerra se le reutilizó para vuelos de reconocimiento geológico y para uso cartográfico.

Fig 1. En esta imagen se puede observar a vista de pájaro los tejados de Boston. Se trata de la primera imagen desde el aire en E.E.U.U.

 

En la década de los 60 E.E.U.U. desarrolla el primer satélite utilizado en plena guerra fría para espiar las actividades de la Unión Soviética. Sin embargo no todos los satélites que se fueron creando se utilizaron como herramienta de espionaje. En esta misma década se desarrolló el satélite LANDSAT (Land Satellite) con fines puramente cartográficos, geológicos y científicos. En total seis han sido los satélites LANDSAT lanzados hasta Julio de 1993 que fue el último. Hay que decir que afortunadamente no sólo los LANDSAT han sido los únicos, los SPOT en Francia, los MOS en Japón y los IRS en la India han seguido la estela trazada por los LANDSAT y podemos jactarnos de disponer de muchos espejos donde mirarnos.

Naturalmente la evolución de estos satélites hasta nuestros días ha sido creciente, no sólo en el número de satélites disponibles sino que se ha incrementado el potencial tecnológico de éstos. Uno de éstos últimos satélites puesto en órbita ha sido el ALMAZ. Lanzado en 1991 por la extinta Unión Soviética, éste proporciona una alta resolución (entre 5 y 15 m). Europa no se ha quedado atrás en esta carrera por ser el primero, así en 1991 la European Space Agency¨s European Remote Sensing (ERS-1) desarrolló un satélite que disponía además de un radar que permitía realizar estudios oceánicos.

La carrera por descubrir y escudriñar cada uno de los rincones de nuestro planeta no ha hecho sino comenzar, esta privilegiada técnica permite, como podemos intuir, apreciar cualquier cambio no sólo en la superficie sino en estructuras más internas. Por si fuera poco no nos conformamos con nuestro planeta sino que además extendemos nuestra red a otros planetas del sistema solar, Marte es el próximo y no será el último.

Fig 2 Vista espectacular del delta del río Po, el más largo de Italia (673 Km). Se puede apreciar el efecto que las corrientes del mar Adriático produce sobre los sedimentos del río indicando así la dirección predominante de éstas. En la imagen se observa además parte de los Alpes al pie de los cuales se ha formado el lago glaciar Garda, los Apeninos y la zona sur de Venecia.