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UN TROZO DE LIVERPOOL EN LA PALMA

El Instituto de Astrofísica de Canarias contará en breve con un nuevo instrumento. Se trata del Telescopio de Liverpool, de 2 m de diámetro y dirigido por control remoto (a través de satélite). Su instalación es posible gracias a un acuerdo entre el IAC y la Univ. John Moores de Liverpool.

Entre las particularidades de este telescopio se encuentra su dedicación a la enseñanza, ya que un 7% del tiempo de observación se dedicará a la divulgación como parte de un programa de enseñanza práctica para colegios y universidades financiado por la Unión Europea. Los programas de observación podrán seguirse en Internet a partir de una página denominada «El Universo Lab». Como en todos los telescopios de los observatorios de Canarias, España goza de un 20% del tiempo de observación, más otro 5% destinado a programas de colaboración internacional. El telescopio empezará a ser operativo previsiblemente en 1999.

Fuente TA.

LA ESTRELLA DE NEUTRONES CANIBAL

Impresión artística de SAX J1808.4-3658. La pequeña esfera blanca del centro es el púlsar que está arrancando materia a su compañera (en rojo). Esta materia forma un disco de acreción según cae hacia el púlsar, provocando una aceleración de su rotación y estallidos X (Wait Femer / NASA)

Hasta ahora, los científicos conocían dos poblaciones de estrellas de neutrones. Por un lado estaban los púlsares de rayos X, estrellas de neutrones en los que la
acreción de material provoca estallidos de rayos X periódicos. Por otro, los púlsares que emiten ondas de radio con periodos de milisegundos. Hace ya tiempo que se sospecha que debe de haber una conexión entre ambos tipos de púlsares, pero los esfuerzos por encontrar «el eslabón perdido» habían sido en vano. Sin embargo, una nueva fuente puede resolver de una vez por todas esta conexión tan largamente buscada. SAX J 1808.43658 es un púlsar de rayos X en el que la acreción de material proveniente de una compañera cercana, está haciendo que rote a gran velocidad (unas 400 revoluciones por segundo). Se trata pues dei púlsar de acreción con rotación más veloz hasta ahora encontrado, y un vínculo entre los dos tipos de púlsares conocidos. El descubrimiento ha sido realizado con el satélite de IaNASA RXTE, por parte de dos equipos; el primero de ellos, liderado por Michiel van der Klis y Rudy Wijnands (Univ. de Amsterdam), descubrió el púlsar y determinó su periodo de rotación. El segundo equipo, encabezado por Deepto Chakrabarty y Edward Morgan (Massachusetts Institute of Technology) descubrió el periodo orbital del púlsar, deduciendo la presencia de una estrella compañera. «Los astrofisicos sabían teóricamente que la única manera por la que pueden existir los púlsares de rápida rotación es mediante acreción de material de una compañera cercana, pero es la primera vez que se coge a uno de estos púlsares en el acto. A este asunto se le ha llegado a llamar el «Santo Grial de la Astronomía X», y Rudy lo ha descubierto», comenta van der Klis. «Estimamos que el púlsar ha estado arrebatando material a su compañera durante unos 100-1.000 millones de años», añade Chakrabarty. Durante este tiempo, la compañera debe de haber perdido la mitad de su masa. Además de por acreción, los púlsares vaporizan a sus compañeras con otros mecanismos. Por ejemplo, los rayos X emitidos durante la acreción también eliminan material de la compañera. Cuando finaliza la fase de ácreción, los chorros de partículas emitidos tienen un efecto igualmente vaporizador. Por eso se explica que los púlsares de rápida rotación se encuentren generalmente solos, a pesar de que hayan requerido de una compañera para acelerarse. «Evaporando a la compañera esconden la evidencia; es la versión estelar del crimen perfecto», comenta Strohmayer.

Fuente TA.


SIN IR MAS LEJOS
(Mohamed Heydari - Malayeri, Michael Rosa, Hans Zinnecker, Lise

Deharveng, Vassilis Charmanadaris y NASA/ESA)
En los últimos tiempos, el interés por los detalles del nacimiento de las primeras genera ciones de estrellas ha ido en aumento. Y para este estudio, los astrofisicos tienen la suerte de contar con ejempíos cercanos en los que observar con todo detalle la violencia que acompaña a estos procesos.

En efecto, la Pequeña Nube de Magallanes es un lugar perfecto para estudiar el nacirñientode las primeras generaciones de estrellas, ya que se trata de la galaxia más cercana en la que pueden encontrarse estrellas pobres en metales. Por eso, un equipo europeo se ha valido del Telescopio Espacial para adentrarse en N81, una nube situada a 200.000 años luz en la que en estos momentos están naciendo estrellas muy masivas. Cada una de las aproximadamente 50 estrellas encontradas en N81 brilla con el equivalente a 300.000 soles, y se hayan agrupadas en una extensión de sólo unos 10 años luz. Ni que decir tiene que el ambiente que rodea estas regiones es extremadamente violento, y un fiel reflejo de las condiciones que debieron reinar en los primeros momentos del Universo. «Esto nos ofrece nuevas perspectivas de los mecanismos que gobernaron el nacimiento de estrellas en galaxias muy antiguas y lejanas», comenta Mohammad HeydariMalayeri (Observatorio de Paris). Dado que las estrellas ahora estudiadas son deficitarias en elementos pesados, evolucionan de una manera muy similar a las primeras generaciones de estrellas, compuestas exclusivamente por el hidrógeno y helio creados en el Big-Bang. El haber encontrado que estas estrellas también nacen en grupo implica que un elevado número pasará a formar parte de sistemas múltiples, lo que afectará a su evolución posterior (por ejemplo, mediante el material que estos sistemas pierden y que pasará a enriquecer el medio interestelar).

Fuente TA.

LAS PRIMERAS GALAXIAS DEL FONDO INFRARROJO

La vida operativa del ISO ya ha finalizado, pero aún vamos a asistir a muchos descubrimientos como el de estas lejanas galaxias. En la parte superior izquierda, un mapa del cielo infrarrojo visto por IRAS. A su derecha, la zona de 5°x5° ale jada del plano galáctico con los campos observados por ISOPHOT Abajo, el campo Marano 1 y algunas de las lejanas galaxias encontradas (ESA/ISOIISOPHOT, y J.L. Puget, G. Lagache y H. Dole)

Conocer el proceso de formación de las galaxias es uno de los problemas clave con los que se enfrenta la Astrofísica actualmente. Esto se debe a que a pesar de los cada vez más potentes instrumentos, ningún telescopio es capaz de remontarnos hasta los 12.000 millones de años, edad en la que se supone que las primeras galaxias comenzaron a formarse. Sin embargo, el estudio de la formación de las galaxias ha recibido un poderoso impulso, tras el descubrimiento por parte del ISO de dos docenas de galaxias pertenecientes al fondo cósmico infrarrojo. Alguno se estará preguntando si hemos cometido un desliz al atribuir este descubrimiento al ISO; en efecto, el magnífico observatorio infrarrojo de la ESA hace meses que dejó de operar, tras agotar sus reservas de helio. Sin embargo, ya hemos comentado varias veces que la larga lista de descubrimientos del ISO durante su vida operativa, es sólo una parte de los que se esperan conseguir tras el análisis posterior del enorme caudal de datos conseguido por la misión. Y aquí tenemos el primer ejemplo: el descubrimiento de galaxias en plenaevolución, mezclándose y alcanzando su forma final.


Las dificultades para encontrar estas galaxias son muchas. Su debilidad hace que no se puedan detectar mediante una búsqueda directa. Más bien, hay que basarse en el fondo cósmico infrarrojo como única vía para llegar hasta las galaxias que lo forman. El fondo cósmico infrarrojo es la radiación fósil emitida por las primeras galaxias durante su formación (no confundir con el fondo cósmico de microondas, la radiación fósil del Big-Bang), y aunque su existencia fue predicha hace tres décadas su debilidad es tal que sólo muy recientemente el análisis de los datos aportados por el COBE ha permitido su detección. Esto es debido a que el polvo que rodea a las jóvenes galaxias las hace indetecta bles en luz visible, aunque en el infiarrmjo siguen siendo brillantes. Una vez encontrado el fondo infrarrojo, había que intentar detectar las fuentes individuales que lo forman. Para esta labor, los científicos se valieron dei espectrofotómetro ISOPHOT, cuya sensibilidad permitió encontrar más galaxias de las esperadas en un principio. «Pero aunque se han superado nuestras previsiones iniciales, sabemos que estas galaxias representan tan sólo la punta del iceberg. Usando este método y con instrumentos más sensibles, especialmente con FIRST (el sucesor del ISO), aparecerán muchas más fuentes». Distinguir estos objetos del resto de la emisión infrarroja de nuestra galaxia y el Sistema Solar es una labor compleja. «Es como intentar oír el canto de un pájaro entre el ruido del tráfico», explican los investigadores. Primero se estudió el fondo infrarrojo, y se creó un modelo para inferir la población de galaxias subyacente. Después, en función de las características del modelo se hizo un programa de búsqueda a medida para ISOPHOT, el único instrumento con la sensibilidad suficiente para acometer con éxito esta labor. A pesar de todo, los científicos son conscientes de que el conocimiento de la formación galáctica es un asunto dificil. «Tenemos que intentar detectar, si es posible, estas galaxias en luz visible para determinar su edad y distancia», comentan los investigadores. «Lo que ahora sabemos es que las galaxias encontradas contribuyen en muy poca medida al fondo total infrarrojo, por lo que debe de haber una población aún mayor de fuentes débiles que aún no hemos detectado. Tenemos un trabajo largo y duro por delante».

SUSTO EN LA GALILEO

Una vista general de Marius RegioyNippurSulcus, en Ganímedes, con el terreno claro%oscuro típico de este satélite. Las zonas oscuras, repletas de cráteres, son el terreno más antiguo. Las partes claras deben de haberse formado tras movimientos tectónicos combinados con vulcanismo de hielo. La imagen se obtuvo a 92.402 km de distancia, lo que ofrece una resolución de 940 m por pixel. (NASA)

En 1979, los Voyager encontraron accidentes de bordes curvos en la región de Sippar Sulcus. Esta imagen de alta resolución de la Galileo muestra uno de ellos. Se trata de uno de los mejores candidatos aflujo de agua por vulcanismo, el proceso que puede haber creado las zonas claras de la superficie del satélite. Esta imagen fue obtenida a una distancia de 17.489 km. El área cubierta es de 91 x 62 km y la resolución 172 m por pixel. (NASA)
Esta curiosa cadena de 13 cráteres tiene probablemente su origen en el impacto de un cometa, roto en pedazos por la acción gravitatoria de Júpiter. El impacto tuvo lugar justo sobre lafrontera entre una zona clara y otra oscura. En la zona clara, los impactos han dejado al descubierto residuos muy brillantes, mientras que sobre la oscura los residuos son menos patentes (NASA).
Estos dos cráteres se encuentran en Memphis Facula, una gran zona clara que se sitúa en medio de terrenos oscuros de Ganímedes Mientras que el material de las paredes y el eyectado es claro, el suelo ha concentrado el material oscuro. Una fina línea bordea el cráter, y puede corresponder a estratos de roca que han sido levantados en el impacto. El cráter de la izquierda tiene unos 6 krn de diámetro, mientras que el de la derecha tiene unos 12 km. (NASA)
Susto también el que se han llevado los controladores de la Galileo, ya que durante el último sobrevuelo de Europa uno de los dos sistemas de transmisión de datos y comandos falló. El sistema de protección puso a la nave en un «modo seguro», desactivando el sistema que había dado problemas y pasando el control al otro. Sin embargo, el segundo de los sistemas también falló, lo que hizo que se perdiera la telemetría durante unos 20 minutos. Los técnicos ya han conseguido recuperar el control de la sonda, y han determinado que el fallo se debió presumiblemente a alguna partícula que provocó una reinicialización del sistema. Sin embargo, prácticamente todos los datos de este sobrevuelo se han perdido.

En otro orden de cosas, el JPL ha hecho públicas una serie de imágenes de Ganímedes, obtenidas durante sobrevuelos previos. Ganímedes, la luna más grande del Sistema Solar, es un cuerpo muy interesante, con su superficie mitad hielo mitad roca. Las nuevas imágenes se centran en evidencias de actividad tectónica, cráteres inusuales, etc. Los investigadores esperan poder aplicar lo aprendido en Ganímedes a otros satélites helados del Sistema Solar, como los de Saturno, Urano o Neptuno.

OTRO DISCO DE POLVO

Imagen obtenida con SCUBA del disco de polvo alrededor de Épsilon Eridani. La emisión se concentra en un anillo de unas 60 UA, más o menos la distancia estimada del Cinturón de Kuiper El punto brillante dentro del disco podría ser un planeta en formación. (JCMT)

La lista de estrellas con discos protoplanetarios está aumentando de una manera veloz estos últimos meses. En el número de junio dábamos cuenta de tres nuevos discos, (en Fomalhaut, Vega y HR 4796), y hoy Épsilon Eridani se suma al grupo. El descubrimiento ha sido realizado por el mismo equipo que hizo el anuncio de Fomalhaut y Vega, y también gracias al Telescopio Submilimétrico James Clerk Maxwell. Lo significativo de este caso es que Épsilon Eridani es una estrella muy similar a nuestro Sol, y está situada en nuestra vecindad (a sólo 10 años luz). Desde siempre, Épsilon Eridani ha sido candidata a poseer un sistema planetario. De hecho, Frank Drake la incluyó en sus primeras búsquedas de señales inteligentes provenientes del espacio. Hoy sabemos que Épsilon Eridani es demasiado joven como para que haya vida inteligente (sólo tiene entre 500 y 1.000 millones de años de edad), pero poder observar el aspecto que debió tener en su momento el Sistema Solar sigue resultando muy atractivo. Las imágenes muestran un disco de polvo alrededor de la estrella, que se extiende hasta una distancia equivalente al cinturón de Kuiper. Además, el disco presenta un punto brillante que pudiera deberse a polvo atrapado por un planeta en formación. La cercanía de la estrella y la resolución del JCM permiten detectar más detalles en el disco. Por ejemplo, hay una zona en la que el polvo parece haber sido barrido, y eso es lo que se espera si ya hay algún planeta orbitando la estrella. De esta manera, con el descubrimiento de discos de polvo muy cercanos al Sol, se confirman las sospechas de que los sistemas planetarios deben ser muy comunes.


RECUPERADO EL CONTACO CON EL SOHO

Muy buenas noticias para la comunidad científica; después de mantenemos seis semanas en vilo, se ha conseguido recuperar el contacto con el SOHO. Como nuestros lectores recordarán, el pasado 25 de junio una serie de comandos erróneos hizo entrar al satélite de la ESA en un modo de emergencia, que desembocó en una definitiva pérdida de control. El análisis de los sucesos previos a la pérdida de telemetría indicaba que el observatorio se encontraba rotando, y sus paneles solares no recibían luz suficiente.

El 23 de julio, la antena de 305 m de diámetro del radiotelescopio de Arecibo transmitió una señal hacia el SOHO, mientras que la antena de 70 m del Deep Space Network de la NASA permanecía a la escucha del eco. El intento fue un éxito, y durante más de una hora se pudo localizar y seguir las evoluciones del satélite. El SOHO se encontraba cerca de su posición nominal en el punto de Lagrange L-1, y estaba rotando lentamente a más o menos una revolución por minuto.

Esto eran buenas noticias, ya que una rotación muy rápida podía haber dañado los equipos. Los técnicos esperaban que con el paso del tiempo, la orientación con respecto al Sol del SOHO cambiara y los paneles comenzaran a generar la energía necesaria para restablecer el contacto. Como antecedente se contaba con la recuperación exitosa del Olympus, un satélite que en 1991 sufrió un percance que lo llevó a una situación similar.


Noticias sobre la Mars Global Surveyor

Demoran el despliegue de una antena parabólica Temen que se deslice con mayor violencia que lo previsto y que el sacudón afecte a la nave. Los técnicos de la NASA están considerando aplazar el despliegue de la antena de alta ganancia del Mars Global Surveyor porque temen que unas burbujas de aire mezcladas con fluido hidráulico en el mecanismo de expulsión puedan provocar un fuerte sacudón a la sonda.

Aunque faltan siete meses para esa maniobra, los expertos toman desde ahora en cuenta que la tecnología usada para extender el mástil que sostiene la parábola dio resultados indeseados en otras naves.

La antena de alta ganancia, diseñada para transmitir a Tierra en poco tiempo el gran caudal de información que proveerá la fase de mapeo del suelo marciano, es desplegada por un resorte sumergido en fluido hidráulico.

Pruebas posteriores al lanzamiento del Surveyor demostraron que ese fluido puede contaminarse con burbujas de aire transportadas desde la Tierra y, al perder su densidad, ejercer menos presión sobre el resorte.

De ese modo, la fuerza con que sería expulsado el mástil de la antena podría superar la capacidad de frenaje de un dispositivo situado al final del recorrido, y el sacudón consecuente repercutiría en toda la nave.

Los científicos elaboran estrategias para compensar la eventual falta de la antena de alta ganancia y creen que podrán lograrlo sin exponer la integridad del Surveyor.
El Mars Global Surveyor, que orbita el planeta rojo en una enorme elipse desde fines del año pasado, entró en un circuito de espera en abril, cuando los responsables del proyecto suspendieron temporalmente la operación de frenaje aerodinámico que deberá colocarla en su posición de trabajo a fines de este año.

Los científicos aprovechan la pausa para tomar mediciones y fotografías de puntos interesantes de la superficie durante los pasos bajos del Surveyor, cuando la sonda se acerca a 170 kilómetros de la corteza marciana.

El frenaje del Mars Global Surveyor contra las capas altas de la atmósfera continuará en septiembre y se calcula que la sonda alcanzará la órbita de trabajo, una trayectoria circular a 400 kilómetros de la superficie, hacia fines de 1998, unos nueve meses después que lo previsto originalmente.

Noticias de la Cassini

La sonda hizo su propio service de mantenimiento: Lubricó guías y servomecanismos, y depuró el software de a bordo

Con 769 millones de kilómetros recorridos desde su lanzamiento en octubre del año pasado, a la sonda Cassini le llegó la hora de su tercer autoservice y lo cumplió a la perfección, como todo hasta ahora en su largo viaje a Saturno.

Como los gatos, el robot dedicó el último mes a limpiar sus articulaciones, a depurar el software y a mantener en condiciones los sistemas redundantes.

Luego de lubricar las ruedas del control giroscópico que utiliza para orientarse hacia la Tierra y los servomecanismos que actúan sobre
los dos motores principales de reserva, la nave ejecutó una limpieza de su software para liberarlo de cualquier bit erróneo que hubiera popido adquirir durante sus maniobras del último trimestre.

La sonda Cassini, que fue lanzada desde el Centro Espacial Kennedy el 15 de octubre de 1997, recorrió ya 770 millones de kilómetros y se aleja a una velocidad de 107.000 kilómetros por hora.

La misión, que explorará de cerca a Saturno y a su luna Titán, sigue una ruta indirecta para valerse de la gravedad de la Tierra, de Venus y de Júpiter como fuente de impulsión gratuita en su larga travesía, la misma técnica usada en la misión Galileo.

Tras pasar cerca de Venus en abril último, en junio de 1999 se reecontrará con él y en agosto de ese año se cruzará con la Tierra para volver a acelerar.

De allí pondrá rumbo a Júpiter para alcanzarlo al filo del milenio, en diciembre dei 2000. Allí tomará un nuevo y último impulso y se dirigirá al encuentro con Saturno.

En noviembre del 2004 la sonda principal, el orbitador, cruzará cerca de la mayor luna de Saturno y del Sistema Solar, Titán, un cuerpo tan grande como Marte, y dejará caer un robot secundario llamado «prueba Huygens».

La prueba, diseñada y ensamblada por la Agencia Espacial Europea, descenderá en paracaídas a través de una atmósfera tan densa como la nuestra y en las dos horas que demorará hasta golpear la superficie hará un relevamiento completo del helado satélite.