Estrellas dobles.Observaciones visuales por aficionados.

por Angel Requena

Coordinador de la Sección de Dobles y Variables

El campo de las estrellas dobles y múltiples es uno de los más sugestivos que se ofrecen al aficionado a la Astronomía, por modesto que sea su telescopio y por deficientes que sean las condiciones de observación. Por otra parte, los resultados que la medida de una estrella doble o múltiple puede reportar a la ciencia astronómica son del más alto interés. Como se trata de un tipo de actividad que no requiere necesariamente instrumental de gran potencia, ni aparatos muy especializados, ni paciencia ni cualidades de dibujante o de fotógrafo, etcétera, es bastante extraño que esta especialidad se encuentre mucho menos desarrollada en España. a nivel aficionado, que la heliofisica la planetaria, o, en los últimos tiempos, la observación de variables. Posiblemente, la causa principal de la escasa actividad en observación de dobles radica en la creencia generalizada de que resulta muy dificil medir adecuadamente sus parámetros. y, sin este requisito, la simple contemplación de tales objetos celestes no tiene sentido.

Conviene adelantar que, en las actividades habituales de un aficionado, las observaciones científicas y las puramente estéticas, el arte por el arte, se entremezclan y son perfectamente compatibles. De ninguna manera representa perder el tiempo la observación de una estrella que no se puede medir. Por regla general. tampoco podemos realizar mediciones útiles, salvo casos especiales, en una nebulosa o una galaxia y sin embargo, no nos privamos de observarla cuando no es posible. La belleza de las estrellas dobles, especialmente las más dificiles para cada instrumento y aquellas que ofrecen componentes de distintos colores, de una figura sin igual en otro tipo de objetos celestes, bien merece la visita del aficionado, que nunca quedará defraudado de su observación, aun en el caso de que no pueda obtener de ella un fruto científico cierto.

Prescindiendo de que este fruto sea posible o no. conviene también recordar que la observación de estrellas dobles resulta particularmente fácil a todos los aficionados, cualquiera que sea su instrumento y el lugar en que se encuentre situado. Las causas son, entre otras, las siguientes:

* Hay más estrellas dobles que cualquier otro objeto celeste asequible al telescopio de un aficionado. Un telescopio modesto puede alcanzar unas 2000; un telescopio de tipo medio puede alcanzar las 5000; un telescopio potente. dentro de la gama del aficiono-O. puede alcanzar las 15000 estrellas dobles. No es posible con el husmo instrumental alcanzar estas cantidades en la observación de galaxias, nebulosas etc. Si somos justos en esta comparación diríamos que el número de estrellas dobles y múltiples que podemos llegar a observar es superior al de todos los demás objetos celestes juntos.

* No hay condicionamientos según la zona celeste a observar. Sólo es posible encontrar planetas en la ecliptica, Los cúmulos sólo abundan en las cercanías de la cinta galáctica. En el cielo de verano apenas se ven galaxias. y es dificil encontrar nebulosas en primavera. La distribución de estrellas dobles en el cielo es sorprendentemente uniforme, mucho más que por lo que a densidad estelar ser refiere se hubiera podido esperar. Curiosamente, hay tantas estrellas dobles en la Osa Mayor como en Sagitario, en Virgo como en el Águila (a nivel de aficionados, se entiende). Por ello, sea cual sea la zona del cielo que se escudriñe, las posibilidades de encontrar una estrella doble son máximas.

* De acuerdo con lo apuntado anteriormente, la orientación del telescopio tiene menos importancia que en otro tipo de observación. Una ventana dirigida al Oeste apenas nos permitirá observar el Sol al atardecer, la luna en deter minadas fases , los planetas ocasionalmente, las nebulosas de gran luminosidad y sin embargo será suficiente para dejamos ver miles de estrellas dobles en condiciones favorables para su observación.

* No es precisa una observación sistemática. como en heliofisica. planetaria, variables, etcétera. Un programa de observación puede posponerse una semana o un mes, sin que perdamos la ocasión de ver determinada estrella en determinado momento, siempre habrá otra ocasión. Y si la doble en cuestión deja de ser observable por su conjunción con el sol, vuelve a serlo a los -ecos meses, sin haber cambiado las condiciones ni las posibilidades de fruto de nuestra labor. Ojalá pudiera decirse algo parecido de los eclipses o de los cometas. Los programas de observación w estrellas dobles deben ser lógicos, pero no tienen por qué ajustarse a un calendario determinado: salvo el caso de orbitales muy rápidas, el momento de observación es intrascendente.

* La iluminación artificial es uno de los mayores enemigos de la observación astronómica, las luces de la ciudad disminuyen las posibilidades de cualquier instrumento. En el caso de objetos como nebulosas difusas, esta disminución puede llegar al 100 %. El perjuicio es grande en el estudio de cúmulos o galaxias, y disminuye considerablemente el número de estrellas variables que pueden seguirse, especialmente en el mínimo, o por lo que se refiere a su localización de campo, mediante el examen de las estrellas débiles circundantes. Las estrellas dobles sufren igualmente esta dificultad por lo que se refiere a las de débil magnitud, pero su localizacien no ofrece dudas, pues la naturaleza de una estrella doble es tan .atente, que no existe posibilidad de confusión. Por lo que se refiere a estrellas relativamente brillantes, la luz difusa no estorba, y en ocasiones, al contrario, ayuda, al disminuir la intensidad de los anillos de difracción Por eso hay dobles cerradas que sólo pueden desdoblarse durante el crepúsculo, la luna llena, o ¡encendiendo luz!. Esta ventaja no se da en ningún otro tipo de observación estelar. Si, conocidos todas estas facilidades, el aficionado no se decide a observar es .as dobles, no tiene disculpa posible.